Repertorio / LONG PLAY VERSION 1973

  • La vaca
  • El perezoso
  • La hormiga
  • Argentinito que naces (Orientalito)
  • La nueva matemática
  • Doña Rata
  • Amor por el bosque
  • Una nuez
  • Juancito
  • La mala memoria
  • Canción para ustedes (Palabras para Julia)

LA VACA

M. Flanders / D. Swann / N. Guevara / A. FaveroLa selva estaba de fiesta | Era el baile de la primavera | Y la pista estaba repleta de ardillas | De osos, de cebras y de todo | Pero quién es esa bestia infeliz | Que finge empolvar su nariz | Una pobre vaca sentada solita | Vestida de raso y cintitas | Otra vez se ha quedado sentada | Y murmura con voz angustiada | “Nadie me da corte por ser vaca | Una vaca | Nada más | Un vestido nuevo me he comprado | Me he bañado | Y también perfumado | He pasado el día | En la peluquería | Soy joven | Estoy en la flor de la vida | Sin embargo a nadie engancho | Sin embargo siempre plancho | Por ser vaca | Una vaca | Una vaca | Nada más” | “En el baile que sigue eligen las damas” | Alegre y nerviosa se apresta a bailar | Buscando a quién la aceptará| Cuando ella se acerca y les pide... | “¿Por favor?” | Ellos huyen diciendo... | “¡Por favor!” | Careciendo por completo de modales | Y comportándose como verdaderos animales | Descaradamente cantan: | “No le damos corte por ser vaca | Porque la vaca | Se ha esmerado” | “Mi vestido es muy hermoso” | “Para una vaca” | ”Me he bañado | y también perfumado” | “Te pusiste traje strich | Quieres ser Marlene Dietrich” | “Mi vestido es elegante | Mi vestido es deslumbrante” | “Sin embargo no te sienta | nosotros nos damos cuenta | que sos vaca | una vaca | una vaca | nada más” | Cabizbaja se aleja de la pista | Esta vaca que a nadie conquista | Más se queda boquiabierta | Al ver parado en la puerta | A un joven y apuesto ternero | Vestido como un caballero | Su rostro muestra desagrado | Al mirarla de arriba abajo | “Pareciera que usted es una vaca | Aunque algo rara para ser una vaca | Dígame por qué se ha maquillado | Su vestido no es nada apropiada | ¿Se tenía que teñir? | ¡Qué perfume, me quiero morir! | Desapruebo esas plumas de corista | Mas, vayamos a la pista | Pues estoy seguro que usted es una vaca | Una vaca | Una vaca | Más preciosa | Más hermosa | Y primorosa | Una vaca | Nada más”

EL PEREZOSO

M. Flanders / D. Swann / N. Guevara / A. FaveroNacha: ¿Y ahora con qué seguimos? | Alberto: ¿Te gustaría seguir con la canción del perezoso? | Nacha: Hm, ¿Te parece? | Alberto: Sí, yo creo que sí | Nacha: Bueno, a ver... | Todos conocemos gente haragana, que tiene la cabeza en las nubes. Pero hay un animal haragán que tiene los pies en las nubes. Es el perezoso. En realidad, para cantar esta canción, yo tendría que colgarme de los pies, pero estuve probando y me resulta un poco incómodo, así que si ustedes son tan amables y para escucharla se paran sobre sus cabezotas vamos a obtener, más o menos, el mismo efecto. | Un perezoso es lo que soy | Feliz con migo estoy | Vivo una vida llena de paz | A mi me gusta vagar | Tengo tres dedos en cada pie | Lo que hace un total de seis | Y frutas y flores para comer | Qué hermoso ser perezoso | El mundo está lleno de honradez | Si se lo ve al revés | Aquí las penas son alegrías | No existen las caídas | Me gusta ver revolotear | Las moscas y las polillas | E imaginar las maravillas que haría gustoso | Si no fuera un perezoso | Hubiera inventado el paraguas | Y escalado un día el Aconcagua | Me habría casado con una alquimista | Y sería el más grande de los deportistas | Tocar muy bien el clarinete | Poner una fábrica de hacer zoquetes | Atrapar algún ladrón | Ser un faraón | Ser un millonario | Dirigir un diario | Y pintar la Mona Lisa | Los domingos ir temprano a misa | Escribir las nueve sinfonías en un solo día | No es que me falta a mi talento | Lo que me falta es tiempo | Y paso la vida de rama en rama | Los árboles son mi cama | Me gusta sentir la languidez | De estar colgado de los pies | Mientras los castores, siempre apurados | Corren para todos lados | Yo miro el cielo | A través de mis dedos | Qué hermoso | Ser perezoso

LA HORMIGA

R. Desnos / J. Kesma / N. Guevara / A. FaveroUna hormiga de nueve metros | Con paraguas y con sombrero | Eso no existe | Eso no existe | Una hormiga tirando un carro | Con pingüinos y canarios | Eso no existe | Eso no existe | Una hormiga que hable inglés | Que hable francés y japonés | Eso no existe | Eso no existe | Y por qué? | Por qué? | ¿Y por qué no existe?

ARGENTINITO QUE NACES (Orientalito)

M. Benedetti / V. F. FaveroArgentinito que naces en tu jornada sin horas | Y que todo lo deshaces y que todo lo devoras | Argentinito que llegas con preguntas y estupores | Y lloras porque te niegas a meterte en tus dolores | Es cierto que no te ríes, pero nacer no es tan triste | Lo mejor es que te fíes del país en que naciste | Este país, este suelo, te espera, pobre y te espera | Con un antiguo desvelo, con nobleza de madera | Este país este mapa, puño nuevo y patria vieja | Es un país que te atrapa y así no más no te deja | Ya que naciste al orgullo acordate, argentinito | Que este país es murmullo, pero también es un grito | Y si te espera en pobreza este suelo que es tan viejo | Es porque nuestra riqueza se la llevaron muy lejos | Y si te espera en prisiones, con la verdad mal herida | Es porque ha habido razones para jugarse la vida | Y si te abriga en su pena, argentinito, acordate | Es porque la patria es buena, y es buena porque combate | Argentinito, te estamos pidiendo lo que ya sos | Este país lo cambiamos sobre todo para vos

LA NUEVA MATEMATICA

T. Lehrer / N. Guevara / A. FaveroNacha: Adelante, caballeros. Tomen asiento por ahí, donde les parezca. Los más petisos adelante, ¿lo ven bien todos? | Alberto: ¿No la conocen, la canción? Sí, ¿No? | Niños: Yo no la conozco. Yo tampoco | Alberto: ¿No? Bueno. Les digo una partecita que tenemos que cantar y es así... | Nacha: Primero escuchamos un poquito... | Alberto: O sea... Y con las nuevas matemáticas dejemos las ideas esquemáticas y son tan simples, pero tan simples, que sólo un niño las puede aprender ¿Ven? ¿Se acuerdan? | Nacha: Vamos, ¿probamos una vez? | Alberto: ¿Vamos a probar una vez? Más lenta la hacemos, despacito. | Nacha: Sí. ¿Vamos? | Nacha, Alberto y niños: Bien por las nuevas matemáticas dejemos las ideas esquemáticas, si son tan simples, pero tan simples, que sólo un niño las puede aprender Alberto: ¡Muy bien! Bueno. | Nacha: ¿Lo probamos otra vez? | Alberto: Sí, ¿Sí? Bueno, lo probamos otra vez. | Nacha: Si lo fijan, ¿eh?. Acuérdense que la partecita viene siempre después de... de pedirse el resultado final. | Niños: ¿Y al principio no? | Alberto: Vamos. Uno | Nacha: ¿Cuánto es?... Muy bien | Nacha, Alberto y niños: Y con las nuevas matemáticas dejemos las ideas esquemáticas, si son tan simples, pero tan simples, que sólo un niño las puede aprender | Alberto: Muy bien | Nacha: Ahora está mucho mejor. Lo único vamos a tener que tratar de arrancar todos juntos | Alberto: Bueno | Nacha: Por lo menos nosotros dos | Alberto: Bueno, no importa... yosdoylaosicuandoqueyoloque (o algo parecido) cuando yo hago así entran, ¿no? | Nacha: Y arrancamos también... a ver dónde está... ahí está el puntero, ¿lo vieron? | Niños: Ahí | Nacha: Ahí está. Bueno, entonces, como les estaba explicando, el objeto de hacer esta... esta canción es que, seguramente, los padres de muchos de ustedes, en estos últimos años, no los han podido ayudar en los deberes de matemática por culpa de esa revolución que hubo en la enseñanza y que se conoce bajo el nombre... ustedes la conocen bajo el nombre de ¿qué? | Niños: Matemática moderna | Nacha: Matemática moderna. Eso es. Bueno, entonces, nosotros pensamos que, como servicio público, en realidad se debía dar en este disco una lección para los padres de esa matemática. Así que vamos a tratar de hacerlo, vamos a hacer una operación de sustracción, es decir, de resta. Trescientos cuarenta y dos menos ciento setenta y tres. Y es conveniente tener en cuenta que, en este nuevo enfoque, como ustedes ya muy bien lo saben, lo más importante no es obtener el resultado correcto, sino entender bien lo que se está haciendo. Así que así es como se hace ahora: | No se le puede restar tres a dos, porque dos es menos que tres. Pasaremos al cuatro en lugar de las decenas que nos da cuatro dieces, entonces, convertimos en tres dieces, reagrupamos y cambiamos el diez por diez unos, sumamos el dos, para poder tener doce, restamos tres, que es igual a nueve. ¿Está claro? Muy bien. Bueno, ahora en vez de cuatro en el lugar de las decenas hay un tres, porque le quitamos uno, o sea diez al dos, pero no es posible restar siete a tres y tenemos que ir a las centenas. Después, del tres usamos uno para hacer diez unos. ¡Ah! Y ¿saben por qué cuatro más nueve es uno más diez y catorce menos uno... ¡Ah!, porque la suma es conmutativa. Y es así como tenemos trece dieces. Le restamos siete y eso nos da cinco. | Niños: No, seis | Nacha: Ay, sí, tienen razón, perdonen. Bueno, pero lo que importa aquí es la idea. Bueno, pues volvemos al tres en el lugar de las decenas que dejamos con dos, le restamos uno y eso nos da... a ver, ¿cuánto?, ya que saben tanto... | Niños: Una | Nacha: Ah, muy bien. No está mal por ser la primera clase, ¿eh?. | Nacha y niños: Bien por las nuevas matemáticas dejemos las ideas esquemáticas, si son tan simples, pero tan simples, que sólo un niño las puede aprender | Nacha: ¿Saben una cosa? Ay, no... ¿ven este resultado? ¿ciento sesenta y nueve? No es el que yo esperaba. Porque en el libro del que saqué el cálculo dice que hay que hacerlo con base ocho. Y lo vamos a hacer con base ocho. Pero no se asusten, porque la base ocho es tan simple como la base diez. Sobre todo si a algunos de ustedes les faltan dos dedos. Bien, sigamos. No se le puede restar tres a dos, porque dos es menos que tres. Pasaremos al cuatro en el lugar de las octavas, que nos da cuatro ochos, entonces convertimos en tres en ochos, recuperamos y cambiamos el ocho por ocho veces uno, sumamos al dos y tenemos un dos base ocho, que aquí es base diez, se le restan tres y da siete. ¿Estamos? Bien, ahora que del cuatro en lugar de las octavas hay un tres porque le quitamos uno, o sea ocho al dos, pero no es posible restar siete al tres y tenemos que ir al sesenta y cuatro. ¿Sesenta y cuatro? ¿Y cómo apareció el sesenta y cuatro allí? | Niños: Ocho al cuadrado | Nacha: Hhaa, hhaa... ¡Muy bien! Bueno, después del tres usamos uno para hacer ocho unos y entonces tenemos un tres base ocho, que en realidad es once base diez, le restamos siete y once menos siete es cuatro y volvemos al tres que dejamos con dos le restamos uno y eso nos da, a ver ¿cuánto? | Niños: Uno | Nacha: ¡Pero qué maravilla! ¡Muy bien! | Nacha y niños: Que con las nuevas matemáticas dejemos las ideas esquemáticas, si son tan simples, pero tan simples, que sólo un niño las puede aprender | Nacha: Bueno, dígale a sus señores padres que, en el próximo disco, les vamos a enseñar, con la misma simplicidad, quebrados | Nacha: Muy bien

DOÑA RATA

C. Nale Roxlo / A. FaveroDoña Rata salió de paseo | Por los prados que esmalta el estío | Son sus ojos tan viejos tan viejos | Que no pueden encontrar el camino | Demándole a una flor de los campos | Guiáme hasta el lugar en que vivo | Mas la flor no podía guiarla | Con los pies en la tierra cautivos | Sola va por los campos perdida | Ya la noche envuelve en su frío | Ya se moja su traje de lana | Con las botas del fresco rocío | A las ranas que halló en una charca | Doña Rata pregunta en el camino | Mas las ranas que exista | Nada más que su canto y su limo | A buscarla salieron los gnomos | Y los gnomos son buenos amigos | En la mano luciérnaga llevan | Para ver en la noche el camino | Doña Rata regresa trotando | Entre luces y barbas de lino | Qué feliz dormirá cuando llegue | A las pajas doradas del nido

AMOR POR EL BOSQUE

M. BenedettiHabía una vez un bosque, lleno de trastos viejos y florecillas nuevas, entre los que, inconscientemente alegres, corrían, volaban, saltaban o, simplemente, transitaban sus habitantes naturales: gorriones, vaquitas de sanantonio, mulitas, zorrinos, liebres, perdices, ranas, cotorras, picaflores, etcétera. | Las relaciones zoociológicas eran relativamente buenas. Después de cada lluvia los hongos nacían como hongos, y eso daba abundante motivo a los cantos, graznidos, cotorreos, mugidos, rebuznos y otros medios de comunicación de masas. | Las flores eran vulgares y silvestres, pero por lo menos nadie las pisoteaba. Con su samba de una sola nota las insistentes ranas llenaban la noche. Eran verdaderamente llenadoras. En época de relativa escasez, los animales mayores corrían la liebre; pero cuando la escasez era más grave hasta las liebres corrían la liebre. Sin embargo, y pese a todas las dificultades de la vida salvaje, aquel era un bosque feliz. | Naturalmente había objeciones contra la tozudez de las mulitas, la difamación de las cotorras o la ronca sapiencia de los sapos; pero después de todo un picaflor tenía casi los mismos derechos que un yacaré, la única diferencia estaba en la dentadura. Todos estaban autorizados a ver el cielo, que aparecía entre las altas ramas y, cuando las calandrias cantaban el himno del bosque, los pinos se quitaban respetuosamente las copas y todos los árboles lo escuchaban de pie. | Por supuesto, un bosque es un conjunto de árboles y de matas, pero en él todo marcha mucho mejor cuando se arbola que cuando se mata. Esto no pareció importarle demasiado a un señorito ceñudo y sañudo que apareció en el bosque una mañana gris. De entrada, miró con resentimiento a arbustos y alimañas. Como anticipo, pisoteó un escarabajo y le arrancó lentamente las alas a una mariposa. Al día siguiente vino con otros hombres igualmente ceñudos y sañudos, acompañados de extraños instrumentos, herramientas y maquinarias. | Durante dos o tres semanas, indiferente a las más hondas aspiraciones de la flora y de la fauna, taló y taló. No dejó un solo árbol en pie. Los animales y animalitos que, por algún azar, lograron sobrevivir a la hecatombe, pasado el estupor inicial huyeron despavoridos. | Por fin, el hombrecito hizo cargar todos los troncos en enormes caminos. Sólo una tortuga quedó, por razones que ustedes podrán imaginar, para presenciar esta última operación. Por lo tanto, fue ella el único testigo de un extraño gesto: el hombrecito desenrolló un gran cartel y lo colocó en el primero de los camiones. Como la tortuga era analfabeta no pudo enterarse del texto del letrero, que decía: “Yo quiero a mi bosque, ¿Y usted?”

UNA NUEZ

C. Trenet / N. Guevara / A. FaveroUna nuez | Qué hay adentro de una nuez | Qué podemos ver cuando está cerrada | Las montañas y los ríos | Los trigales y los pinos | Los redondo de la noche | Y un canasto con pepinos | Mil soldados bien vestidos | Persiguiendo al enemigo | Y escapando del castillo | Los caballos del virrey | Cerca del río | Una nuez | Qué hay adentro de una nuez | Qué podemos ver cuándo está cerrada | Se ven todas las estrellas | Se ven rayas y centellas | Y las zonas que se estrechan | Y un barquito que naufraga | En una botella | Y los chicos en la escuela | En el día de la bandera | Con su grave escarapela | Y se ve al amanecer | Una monja en bicicleta | Y una vaca en camiseta | Una nuez | Qué hay adentro de una nuez | Qué podemos ver cuándo está abierta | Al romperla se acabó | Al comerla ya no hay tiempo | Al romperla se acabó | Al comerla ya no hay tiempo | Chau a los descubrimientos

JUANCITO

G. Becaud / P. Delanöe / N. Guevara / A. FaveroHace mucho tiempo, en Francia, vivió un señor llamado Jean de Lafontaine, autor de esas fábulas horribles que todavía circulan por nuestras escuelas. Según cuentan los historiadores, este Jean de Lafontaine, que quiere decir algo así como Juan de la fuente y que, de ahora en adelante, llamaremos Juancito, no era lo que se llama un alumno ejemplar, como veremos enseguida. | Dabadabadá..... | Ay, Juancito, siempre en la luna | Qué chiquito tan holgazán | Por qué no contestas a mis preguntas | Cállese, no sea charlatán | Qué es lo que mira por la ventana | Ay, Juancito, ¿Me va a escuchar? | Aún no ha sonado la campana | En el recreo podrá jugar | Mire, mire, señorita | Una cigarra en mi cuaderno | Señorita, no es culpa mía | Si está cantando en el invierno | Qué es lo que dice está criatura | Con ese flequillo tan desprolijo | Por qué bosteza en literatura | Ay, si este niño fuera mi hijo | Mire, mire, señorita | El león está hablando con el ciempiés | Señorita, no es culpa mía | Si para mi dos y dos son tres | Se comporta en forma indebida | Distrayendo a sus compañeros | No llegará a nada en la vida | Vamos a ponerle un cero | Mire, mire, señorita | Tiene una hormiga en el sombrero | Señorita, no es culpa mía | Si el lobo se comió al cordero | Ay, Juancito, qué tarambana | No lo podemos permitir | Por la puerta o por la ventana | Ay, Juancito, tendrá que salir

LA MALA MEMORIA

B. Vian / P. Gerard / N. GuevaraEsta es la historia de Martín | Cuya cabeza era una cosa | Que trabajaba y trabajaba | En una forma curiosa | Esta es la historia singular | De un tipo que parecía normal | Cuyo cráneo sin esplendor | Era raro sólo en su interior | Martín sufrió desde temprano | De un mal que es en verdad frecuente | Una memoria traicionera | Que sólo le trajo inconvenientes | En la escuela o en su casa | Cuando algo le enseñaban | Martín, con gesto huraño | Enseguida lo olvidaba | Si, pero, si, pero | Se olvidaba de olvidarse de olvidar | Lo que debía olvidar | Y como se había olvidado de olvidar | Todo lo podía recordar | ¿Me siguen? | ¿Si? | Y enseguida esta facultad | Hizo que la sociedad | Entendiera su estupidez | Exactamente al revés | Olvidado de olvidar sus lecciones | Martín fue de los mejores | Y a pesar de ser tan tonto | Llegó a ser embajador muy pronto | Pero un día que estaba lloviendo | Y a su auto él iba corriendo | Se llevó por delante a su secretario | Y cayó como un canario | Su cráneo, como una maceta | Produjo un ruido musical | Originando en su croqueta | Una confusión fatal | Y de ahí en más | Se olvidaba de olvidarse de olvidarse de olvidar | Lo que debía olvidar | Y cómo olvidaba de olvidar lo que olvidaba | No se acordaba de nada | ¿Me siguen? | ¿Si? | Al perder con este accidente | Su memoria de repente | En lugar de acudir a una cita | Siguió viaje a Calamuchita | Pero en el camino | Un colectivo que iba embalado | Sin importarle su carga de almas | Cruzó delante del desgraciado | Y Martín que había olvidado | La existencia del peligro | Sin medir las consecuencias | Se embistió al colectivo | Y murió muy sorprendido | Al sentir dentro del cráneo | Un ruidito muy extraño | Y así fue que... | Se olvido de olvidar de olvidar de olvidar | De olvidar que debía olvidar | Lo que olvidaba daba de olvidarvidar de olvidar de olvidar | De olvidar lo que olvidaba de olvi... |¡Uy!, me olvidé el final...

CANCION PARA USTEDES

J. A. Goytisolo / A. FaveroYa no pueden volver atrás | Porque la vida los empuja | Con un aullido interminable | Hijos míos | Es mejor vivir con la alegría de los hombres | Que lloraron ante el muro | Ante el muro ciego | Hay momentos felices | Pero el dolor también depara | Otros caminos sin salida | Se sentirán acorralados | Por el miedo y la incertidumbre | Desearán no haber nacido | Yo sé muy bien que les dirán | Que la vida no tiene objeto | Que es un asunto desgraciado | Desgraciado | Pero entonces acuérdense | De lo que un día yo canté | Pensando en ustedes | Como ahora pienso | Un hombre solo, una mujer | Así tomados de uno en uno | Son como polvo, no son nada | Pero cuando les hablo a ustedes | Cuando les canto de este modo | Pienso también en otros hijos | En otros hijos | Toda la historia del hombre | Está en la historia de uno solo | Como la mies dentro del grano | Nunca se entreguen ni se aparten | Junto al camino nunca digan | No puedo más y aquí me quedo | Vuestro destino está | En los demás, vuestro futuro | Es la vida pues, la dignidad es la de todos | Ellos esperan que resistan | Que les ayuden vuestra alegría | La vida es bella | Ya verán como a pesar de los pesares | Tendrán amor, tendrán amigos | A pesar de los pesares | Por lo demás no hay elección | Y este mundo tal cual es | Vuestro patrimonio | Perdónenme, no sé decirles nada más | Pero comprenda que yo aún estoy en el camino