La actriz y cantante argentina llega al Teatro Real para presentar “Cómo hace esa mujer?”, donde cuenta los secretos de su eterna juventud. Además, critica la oferta teatral argentina y dispara: “El concepto de televisión lo contaminó todo, y el escenario es sagrado”.
Nacha fue los mil y un personajes que puso en escena allá en sus comienzos. Fue (y es) transgresora. Fue artista perseguida y exiliada. Fue muchas cosas. Hasta fue Evita y la gran Tita Merello. Pero esta vez llega ella. O mejor aún, todas las mujeres que la integran.
En un mano a mano con el público, y más con las cordobesas, Nacha Guevara regresa a Córdoba para develar la pregunta que a cada argentino se le viene en mente al mirarla: “¿Cómo hace esta mujer?”. Se trata de una obra algo despojada de estructuras fijas, que la muestra auténtica frente a la platea, charlando de sus secretos para conservar ese espíritu tan particular que la acompaña desde hace, por lo menos, treinta años.
“El secreto está en todo: en lo que decís, comés, pensás y creés”, asegura Nacha en diálogo con LA MAÑANA (horas antes de pisar tierra cordobesa), y su templanza denota una filosofía de vida pegada a su piel. Pero Nacha no sólo está dispuesta a hablar sobre sus secretos mejor guardados, sino también de lo que pasa en el mundo del espectáculo hoy por hoy. “El concepto de televisión invadió el teatro”, aseguró la actriz desde Buenos Aires, en una entrevista a este diario, donde también adelantó lo que se verá en el show que presentará este fin de semana en el Teatro Real.
- Después de personificar a tantas mujeres, ¿cómo surgió este espectáculo que te muestra sin disfraces?
- Justamente surgió de y por todo lo anterior. De hacer diferentes personajes tan comprometidos, tan sufridos, tan gigantes, de la necesidad de hacer algo más parecido a mí. Todas esas mujeres fueron muy grandes en todo sentido, y necesitaba hacer algo más íntimo. Ser yo misma arriba del escenario.
- ¿Y cuál es el desafío de mostrarse auténtica ante el público?
- La verdad, es mucho más difícil de lo que pensaba (risas). Creí que después de tanto trabajo de representación, esta obra iba a ser como unas vacaciones, pero resultó que es más complicado. Acá uno se saca la máscara que se pone con los personajes, donde es capaz de hacer cualquier cosa. Y cuando uno mismo está ahí arriba es mucho más delicado.
- ¿Cómo fue armar un relato donde se ponen en el tapete tantos momentos de tu vida personal?
- Siento que toda la vida lo preparé. La obra es un working progress, muy dinámico, muy plástico. Mi interlocutor es el público con el que comparto cosas de la vida, y hacerlo cada noche me enseña lo que la gente necesita. Por eso ha tenido modificaciones desde que lo estrené.
- A lo largo de tu vida, has estado en el ojo de la tormenta muchas veces, ¿se ve eso en el espectáculo?
- Sí, pero no lo presento como tormentas, porque no estoy para hacerme la víctima, sino todo lo contrario. ¿Quién no ha sido herido, o abusado, alguna vez? La cuestión es que no importa qué nos pase en la vida, sino en cómo procesamos lo que nos pasa. Y en hacer con eso una herramienta de progreso. Y la verdad es que somos mucho más creativos de lo que pensamos.
- Vos demostraste salir airosa ante todo…
- Es que un artista tiene que estar en renovación constante, y eso es maravilloso. Y no por obligación o por que sí, sino porque es una necesidad la de buscar formas nuevas, de expresarse con lo que se pide.
- ¿Cuál es la fórmula para ser así?
- Son muchas las fórmulas, y está en como pensás, en que crees, en lo que comés, en lo que elegís, y sobretodo en buscar sentirse siempre bien y ser feliz. Esta energía la trabajo desde hace treinta años. Por eso en el show hablo de lo que viví, dando mi consejo, nada más.
El escenario es sagrado
- ¿Qué mirada tenés sobre la oferta teatral del país?
- Buenos Aires se caracteriza por tener todo, como pocas ciudades del mundo. Pero me preocupa que el concepto de televisión haya invadido el teatro en cuestión de espectáculos. Y éste es un concepto muy barato, descuidado, sin ceremonia teatral. Solo parte de la necesidad de entretener, que conlleva un proceso muy poco creativo o arriesgado, y eso a la larga van bajando el arte. Porque donde no se arriesga, se equivoca, no hay posibilidades de arte. Y con la mentalidad de TV sólo gana el rating.
- ¿Sentís que se contaminó el teatro?
- Es realmente una contaminación y el escenario es sagrado.
- ¿Te tentaron alguna vez con participar de algún reality?
- Me llamaron para ser jurado del Bailando, y tuve una entrevista. Pero no se dio. Ellos no son para mí ni yo para ellos.
- ¿Y volver a actuar TV para alguna ficción?
- Me gusta de vez en cuando trabajar en TV, porque uno hace muy buen training. Ese trabajo a contrarreloj te obliga a sacar recursos que no sabías que tenía, saca el ingenio del actor.
Las funciones de “Cómo hace esta mujer?” serán el sábado y domingo a las 21, en la Sala Carlos Giménez del Teatro Real (San Jerónimo 66), y las entradas se compran en boletería a los siguientes precios: $ 175 (fila 1 a 9), $ 165 (fila 10 a 16), $155 (primer nivel) y $ 105 (tercer nivel).
FUENTE: la Mañana de Córdoba / Por Ma. Florencia Vercellone