La actriz llega con “¡¿Cómo hace esta mujer?!”, unipersonal distinto a trabajos realizados en teatro durante su carrera. En diálogo con El Atlántico consideró “me doy a conocer de otro modo y es particular que suceda acá”.
Con una propuesta diferente y especial donde contará sus secretos, Nacha Guevara regresa a la ciudad luego de más de diez años de ausencia en las tablas locales. El unipersonal “¡¿Cómo hace esta mujer?!” estrena esta noche, a las 21,30 en el Teatro Provincial.
En diálogo con El Atlántico la actriz consideró que el monólogo - producido por Javier Faroni y “Me gusta ser mujer Producciones”- es un espectáculo y a la vez no, “porque es algo muy personal que empezó como una cosa ‘descocada’ y se fue embelleciendo”. Sin embargo, si se califica como espectáculo esta propuesta, es “muy distinta” a todo lo que ha hecho en su extensa trayectoria. “Tiene una luz muy diferente, todo es mucho más personal”, mencionó.
Se trata de una obra autobiográfica de la cual la protagonista espera la reacción del público para definir si se trata de “una puesta o de una charla íntima” con los presentes. Es una experiencia en la que comparte en un diálogo abierto con mujeres de todas las edades el conocimiento atesorado en los últimos treinta años y que la han convertido en un modelo de vitalidad y juventud.
Son dos horas en las que convivirán desde un poema, una receta de cocina, una reflexión sobre el alma, hasta cómo elegir un buen cirujano. Todo proveniente de la misma fuente: la vida.
El unipersonal cuenta con proyecciones que trasmitirán distintos mensajes. Además, Nacha interpretará sobre el escenario canciones referidas a la importancia de ser feliz, los momentos, el hecho de que un día sea algo mejor de lo esperado. En este sentido aclaró que no se trata de un musical o un recital.
El libro escrito por la cantante que está relacionado con esta propuesta, “60 años no es nada”, fue escrito hace 10 años. El unipersonal tiene partes de esta obra y de su programa “Me gusta ser mujer”.
“Esto puede hacerse en cualquier lado, sin necesidad de hacerlo en un escenario. El propósito es otro aquí; si bien está cuidado y es armonioso todo lo que se ve, lo importante es lo que se dice y que la gente se sienta mejor después de estar ahí”, destacó.
La idea es, en un futuro, llevar el monólogo a otros lugares como por ejemplo, cárceles. “El objetivo es acercarse a uno. Es muy personal para mí y para la gente”, describió.
Según Nacha, el unipersonal lleva a la respuesta de todo lo que le preguntan y si bien se trata de una sola interrogación las respuestas son varias. “La respuesta es profunda, la mirada trasmite cómo estás”, indicó. Al mismo tiempo destacó que en esta oportunidad hay diálogo, un ida y vuelta con el público, que es lo que más le divierte.
-Cuando parás y ves todo lo que ha pasado en tu vida, ¿sentís que siempre tuviste en claro cómo llegar a tus objetivos o se fue armando?
-Las dos cosas, porque uno no es lo que le pasa; venimos aquí (al mundo) para que nos pase de todo. Lo que uno es, es el resultado de cómo procesó lo que le tocó vivir. Todo se puede vivir de muchas maneras, incluso las experiencias más oscuras. Como el exilio, por ejemplo, que es una prueba muy fuerte para una persona y yo vi muchas maneras de vivirlo porque conviví con mucha gente que estaba en esa situación (NdR. En 1975 fue amenazada de muerte junto a otros artistas, por la organización terrorista de derecha Triple A y abandonó el país junto a su familia). Hubo quienes tomaron la experiencia para conocer cosas nuevas, un periodo de humildad o un tiempo de penurias. Es donde pongas la mirada y según eso es el resultado de la experiencia, diferente para cada persona.
-¿El exilio fue el momento máximo de quiebre?
-Eso me paso a los 33 años, una edad muy particular que en lo general algo le sucede a todos que les hace hacer un click, o no. Es una experiencia muy fuerte, perdés todo y aparecés en un lugar que no conocés. Pero hay un Dios y las cosas se van dando y organizando. Fue la experiencia que más me ha enriquecido.
-¿Sentís que en la actualidad, con lo que está viviendo el país, se están curando las heridas de aquel momento que vivieron muchas personas, o es algo que se sana de forma personal?
-Las dos cosas. Es mucho a nivel personal. Muchas personas han quedado resentidas o enganchadas en el pasado, y en realidad hay que dejar que se vaya porque el pasado no lo recuerda a uno, uno recuerda el pasado. El futuro no te conoce, así que lo único que tenemos es el presente con sueños y proyectos.
-Has personificado a grandes personajes y has tenidos grandes momentos en tu carrera ¿Tenés algún proyecto pendiente?
-No, estoy satisfecha con mi carrera. El 90 por ciento de mis experiencias fueron gestionadas por mi misma. He tenido la dicha de personificar grandes personajes femeninos, muy complejos y muy diferentes uno de otros. Los más fuerte que hice fueron Eva (Perón) y Tita (Merello). Y creo que ahí nació la necesidad de ser más yo misma en el escenario. Dejar el personaje de lado y ser uno mismo es uno de los desafíos más grandes. Porque los actores somos capaces de hacer cosas increíbles siempre detrás de la protección de un personaje. Es una impunidad que te da que podés hacer lo que sea; cuando se corre la mascara es otra cosa.
-¿Y correr la máscara te genera adrenalina, miedo o ansiedad?
-Nervios, pero ahora cuando ensayo y paso, me quedo con una sensación nueva para mí, distinta a la de terminar cualquier espectáculo o personaje, es una sensación serena.
-Dijiste que autogestionarte te permitió cierta libertad. ¿Es lo más valorable lograr la libertad de esta forma?
-Yo trato de generar la idea, el proyecto y después buscar quién lo produce. Muy raras veces me han venido a ofrecer una con una propuesta. El camino es más al revés, tengo esta idea y quisiera hacerla.
-¿Eso te permitió estar activa sobre el escenario en distintos momentos chatos del teatro o cualquier ambiente?
-Por supuesto. Pero también me he permitido hacer las cosas en las que yo creo siempre. Y sí, da libertad. Y la libertad es el bien más preciado, el ser quien uno es. Es el desafío más grande que tenemos porque todo lo que nos rodea va borrando o destiñendo la esencia de uno. Y el camino es cómo recuperamos eso porque es lo más importante.
-En la actualidad muchos conductores, periodistas actores tienen esa necesidad de ayudar al otro contando sus experiencias positivas y negativas. ¿Creés que esta necesidad surge del mundo globalizado, en el que vivimos que necesitamos colaborar con el otro?
-Hay una necesidad de ver otras cosas y escuchar otras cosas. El bombardeo de los humanos hoy en día es tremendo, de la información, los modelos de belleza a los que tenés que acomodarte, un montón de exigencias que vienen todas desde afuera. La relación más importante que hay que tener es con uno mismo. De cómo se relaciona uno con uno mismo depende de cómo uno se relaciona con los demás. En esta propuesta hablo y trato de experimentar esa relación con el mundo interior. La experiencia de otro te enseña y uno tiene que animarse a hacer cosas nuevas y a mirarlas de otra manera.
El estreno en su ciudad natal
Aunque mucho no lo diga y tantos no lo sepan, Nacha es marplatense. Y el hecho de que el estreno de “¡¿Cómo hace esta mujer?” tenga lugar en su ciudad natal –donde vive su hermana y sus sobrinas-, tiene para la actriz y cantante algo especial.
-¿Qué significa estrenarlo en la ciudad que te vio nacer?
-Tiene su significado, porque es muy personal y tiene cosas autobiográficas, hablo de las cosas en las que creo; creo que por algo sucede. Es darme a conocer de otro modo y pienso que es particular que suceda en Mar del Plata.
-¿Cuál es tu relación con Mar del Plata?
-Cuando vengo a pasear nunca vengo en verano. Yo no viví mucho tiempo en la ciudad, entre idas y venidas habré vivido ocho años de mi vida. No tengo mucha historia y no soy una persona de aferrarme. Pero tiene la historia de ser el lugar donde uno nació. Todo eso está presente en el espectáculo también y es curioso que tenga que destapar todo eso donde he nacido.
Fuente: Redacción El Atlántico