Tenía 87 años y una ilustre carrera como crítico de cine, teatro y artes plásticas; era columnista de LA NACION desde 1997. Fue autor de varios clásicos de NACHA GUEVARA.
"Legítimo erudito. Maestro sin alarde", lo despidió Fernando Noy; lo evocaron, también, Nacha Guevara y Alejandro Tantanian.
La muerte de Ernesto Schoo, quien falleció anteayer a los 87 años, sigue generando repercusiones. A lo largo de su extensa tarea como crítico teatral, en época del emblemático Instituto Di Tella fue siempre a ver los espectáculos de Nacha Guevara. En un programa que conducía Horacio Salas, Ernesto lo recordaba así. "Había ido a ver a Nacha al Di Tella y, si bien me había fascinado, le hice algunas objeciones a las canciones. Un día entro al Di Tella y en las escaleras me encuentro con Nacha, que me enfrenta con su estilo frontal característico. «¿Así que no te gustaron mis canciones? Entonces, ¿por qué no me escribís alguna?», me dijo. En ese mismo momento me fui a casa, yo vivía a dos cuadras del Di Tella, y escribí un tango en broma que se llamaba El colmillo, que tuvo un éxito tremendo. Era una de las primeras veces que se tomaba al tango en solfa. También escribí una milonga que aludía a la manía de cortarles el pelo a los melenudos en la época de Onganía, se llamaba La doble cero y le compuse otra canción que hablaba sobre la censura."
A muchas décadas de aquella anécdota, ahora es Nacha quien toma la palabra: "Se fue un amante del teatro, un hombre culto, sensible, a quien por esas cosas de la vida tuve la suerte de convertir en lyricist ... y de los buenos. Su palabra se extrañará...".